La última jornada del tour que hemos realizado con los C 400 X y GT ha tenido lugar en Barcelona. BMW Barcelona Premium Gran Vía ha sido el punto de convocatoria para Alicia y César, quienes se personaron a primera hora para realizar los primeros trámites y recibir unas breves explicaciones sobre el funcionamiento de ambos modelos. Una vez supieron utilizar el mando giratorio o el sistema de llave remota, por citar solo un par de los avances tecnológicos de los que disponen los C 400, nos pusimos en marcha en una calurosa mañana de los inicios del mes de julio.
Primera parada: el Montjuïc de los Juegos Olímpicos. La emblemática montaña barcelonesa, uno de los accidentes geográficos que acotan la ciudad encajonándola contra el Mediterráneo, está plagada de puntos de obligada visita.
Algunos de ellos son los que componen la zona compuesta por buena parte de las instalaciones que acogieron los JJOO de 1992, como el Estadi Olímpic como mayor de los emblemas. Quisimos visitar toda la zona con nuestros C 400, aprovechando que era viernes por la mañana y no había aún exceso de autocares de visitantes, algo muy frecuente en los días festivos.
Siguiendo en la montaña, otro punto especialmente destacable es Miramar, el mirador que da acceso a la zona del puerto… y a casi toda la ciudad, de hecho. Los scooters no quisieron perder la ocasión de ser fotografiados con el mar de fondo. Algo que también hicieron cuando nos desplazamos con ellos, a través de la bajada de Miramar, hasta el puerto. Cruzamos el puente que lleva hasta el nuevo Rompeolas, y el verano se acabó de apoderar de todos nosotros.
De ahí, a otra zona convertida en todo un icono barcelonés: el Paseo Marítimo, donde Alicia y César pudieron hacer un alto a contemplar, entre otros muchos elementos remarcables de la línea de playas barcelonesas, con el Pez de Frank Gehry. Una escultura de cobre de 35 x 54 metros que impresiona cuando te paras a contemplarla con detalle, y que es objeto habitual de deseo de las cámaras de todo visitante de la Ciudad Condal.
Siguiente parada: la Barcelona modernista. Serpenteamos entre avenidas que nos llevan a la mitad norte de la ciudad, Nuestros amigos nos destacan que aprecian la buena aceleración de los C saliendo de los semáforos, o la recuperación al buscar ganar velocidad tras tener que cortar. También nos hacen hincapié en la frenada, potente y segura, con un ABS que salta solo cuando toca, y de manera casi imperceptible. El caso es que llegamos a dos puntos mágicos de la Barcelona modernista…
El primero de ellos: el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau. Un recinto espectacular que fue proyectado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, y construido en dos fases: la primera a su cargo (1902-1913), y la segunda a cargo de su hijo( 1920-1914). consta de diversos pabellones modernistas a cuál más bello y cargado de detalles. Los C pudieron aportar su nota de color a la fachada de la entrada principal del recinto, nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1997.
De ahí al que para muchos sea el principal reclamo de la ciudad, pese a ser una obra inacabada: el templo de la Sagrada Familia, de Antoni Gaudí. Poco se puede escribir sobre el mismo que no se haya dicho ya. Pero seguro que no has visto antes una imagen como esta, con los dos scooters de BMW posando a sus pies… 😉. El templo vio comenzar su construcción en 1882, y sigue en construcción. Cuando finalice el proyecto, en manos desde hace años de diversos arquitectos de prestigio, su torre más alta alcanzará los 172,5 metros de altura.
Calles célebres y plagadas de edificios modernistas, como la Rambla de Catalunya o el Paseo de Gràcia, también fueron escenario de los trayectos cubiertos por nuestros invitados con los C 400 X y GT. Entre semáforo y semáforo, Alicia nos destacó que le encantaba la forma de la plataforma reposapiés en su mitad posterior, donde cuenta con una espacie de rebaje para que las piernas no tengan que separarse en exceso a la hora de detenernos, y llegar así al suelo con mayor fuerza en los pies. Uno de esos detalles que te hacen la vida fácil y sobre los que uno se pregunta el porqué de que no todos los demás modelos del mercado cuenten con ello.
Mientras tanto. César destaca que el tacto y el confort del C 400 GT le recuerdan poderosamente al de su scooter particular, un C 650 GT, Lo cual es mucho decir. Pero también nos comenta que le parece que el 400 es mucho más ágil, ligero, y con un reparto de pesos más acertado, lo que le da mucha agilidad. ¡Hemos contado con unos probadores invitados muy sensibles y exigentes!
Antes de desplazarnos a Ciutat Vella para degustar exquisiteces de la cocina mediterránea, bajamos por la avenida del Arc de Triomf y hacemos escala en el Born. Un barrio mítico con mucha solera y que ahora es cuna del ambiente nocturno y gastronómico. Luego toca regresar al concesionario para devolver los scooters, y por cuarta jornada consecutiva vemos caras de pena en los invitados del día…
La visita a Barcelona cierra un tour por cuatro capitales en el que ocho afortunados participantes han podido hacer de anfitriones de sus respectivas ciudades al tiempo que disfrutaban de los C 400 X y GT. Tenemos nuevos amigos en Madrid, Málaga, Valencia y Barcelona. Y, sin temor a equivocarnos, podemos decir que ha habido más de un flechazo entre ellos y los scooters, bien sea con el más urbano y deportivo, -el X-, o con con el más lujoso y confortable -el GT-. ¿Tú cuál escogerías?